La timidez se supera aprendiendo habilidades sociales pero ¿Por qué a veces resulta tan difícil este aprendizaje? ¿Por qué nos bloqueamos cuando hay un evento social? ¿Qué le pasa a mi corazón cuando estoy cerca de según que personas? ¿Son las personas me provocan estados de nerviosismo?

 

Normalmente hay un problema de autoestima detrás, miedo a la crítica, miedo a ser evaluados que nos hacen percibir una situación social de manera insegura. Cada vez que nos exponemos a una situación de este tipo reforzamos nuestras creencias erróneas sobre nosotros mismos al observarnos torpes en comparación con los demás.

 

Las personas no nos ponemos nerviosas, lo que nos provoca ansiedad son nuestros propios pensamientos fatalistas sobre lo que nos va a pasar si hablamos; normalmente unido a: “va a pensar que soy tal”, “ se va a reír de mí”, “voy a hacer el ridículo”. Nuestro cerebro, por alguna razón, está entrenado a estar en la crítica de la  persona que escucha en vez de en la propia situación de comunicación.

 

El ser humano por naturaleza es comunicador, esta misma afirmación provoca o genera los siguientes pensamientos: “pues yo no seré un ser humano”, “y si yo no soy normal”, “pues puedo ser la excepción”.

 

Experiencias en el pasado o el tipo de relación que teníamos con los que nos cuidaron determina en gran medida estos miedos actuales. Adquirimos un aprendizaje que se nos queda instaurado de manera permanente y nos dirige la manera de relacionarnos en el presente porque no sabe otro forma.

¿Cómo se trata?

​

​

El proceso terapéutico es un proceso de actualización en la relación con los que nos rodean en el momento presente y en la situación actual. Los recursos que tiene el cerebro para ello están desactualizados. Comprender el origen es importante para el cambio y la adquisición de nuevas habilidades o recursos es primordial para enfrentase a relaciones interpersonales con éxito, lo cual reforzará la autoestima.